miércoles, 31 de marzo de 2010

Viaje a Marruecos y al Atlas 15-20 marzo 2010

Hacía tiempo que tenía ganas de hacer este viaje al Atlas. Siempre me ha atraído la montaña en invierno, aunque no he podido hacer tanta como hubiera querido y el Atlas, con cumbres de más de 4.000 metros me resultaba muy tentador y accesible.
Hace más de un año lo intenté, sugiriendo una salida que, por diversas circunstancias, no terminó de cuajar y quedó en un deseo frustrado. Entonces no se pudo.
Este año lo volví a intentar. En diciembre de 2009 empecé a buscar información y en febrero de 2010 lo comenté a la gente del Grupo de Montaña del Politécnico GMP-UPV, aportando una propuesta bastante madura. El objetivo era no ir solo.
Allí encontré a Manolo, que se apuntó a esta aventura y que me propuso invitar a dos amigas suyas: Rocío y Nuria. Finalmente, los cuatro nos hemos ido a Marruecos con la intención de pasar unos agradables días de montaña huyendo de las Fallas.
En este viaje he conseguido muchas cosas: es mi primera visita a África, la primera a Marruecos, mi primer 4.000 m y he hecho realidad una ilusión y un objetivo que tenía desde hacía un tiempo: subir el Jbel Toubkal.
Ha valido la pena la espera.

Viaje a Marruecos.
Salimos el domingo 14 de marzo a eso de 18:30 dirección Madrid. Tenemos contratado un vuelo directo con Ryanair Madrid-Marrakech. Cada cual lo reservó cuando pudo, por lo que no nos costó a todos lo mismo. Manolo y yo lo reservamos a mediados de febrero y me costó 81,63 € más un suplemento de maleta a medias para llevar el material duro (30 € entre los dos).
Llegamos a Madrid-Barajas y dejamos el coche en el aparcamiento de larga estancia. Traslado en autobús a la terminal 2.
Cenamos y localizamos la zona donde embarcaremos para acomodarnos. Pasaremos la noche en el suelo, como buenamente podamos.
El lunes 15 de madrugada, a eso de las 4:30, abren las taquillas para facturación.
A las 6:25 sale el vuelo hacia Marrakech. El viaje lo paso dormitando, que sobre el frío suelo del aeropuerto apenas he podido descansar. Aterrizamos a las 8:35 peninsular (una hora menos para tiempo local, como en Canarias). Viaje tranquilito.
Nada más recoger el equipaje y cambiar algunos euros en moneda local (11 dirham = 1 €, aproximadamente), nos dirigimos a buscar un taxi. Tenemos varias opciones, pero parece razonable intentar llegar desde aquí a Imlil, sin pasar por Marrakech. Todo es cuestión de negociarlo.
Aquí entramos al primer precio que nos ofrecen (500 dirham), que nos parece razonable y sin discutirlo (pequeño error), nos encaminamos a Imlil directamente. Estamos a unos 70 km de distancia. Cosa de hora y media de trayecto.
Nos estamos comunicando en francés con el taxista, aunque también entiende algo el español. Parece que no habrá dificultades con el idioma. Al menos para mí, que aprovecharé para practicar mi mini-francés (jejeje).
De camino, paramos en Asni, en el mercado local, donde Manolo quiere aprovisionarse de dátiles y frutos secos. Nada más parar el coche, una nube de locales se muestran serviciales ofreciéndose para acompañarnos a hacer las compras. Casi se diría que se discuten entre ellos el servirnos de guías improvisados. Yo me niego, de forma algo brusca. Ya me imagino lo que puede pasar. Manolo se deja hacer. Acabará en un rincón rodeado de paisanos que le ofrecen sus productos y baratijas, sin poder casi salir de la tienda del mercadillo y nosotros reclamándole para volver al coche. Momento estresante por no saber decir que NO a tiempo.
Llegamos a Imlil (1.740 m) a eso de las 10:45 (hora local). La carretera hasta aquí no es gran cosa y en las curvas vamos apretando los dientes. En la zona de montaña, sólo está asfaltada la parte central, mientras que los laterales son amplias cunetas de tierra. Mientras no hay tráfico, se ocupa el centro y cuando alguien viene de frente, se aparta cada cual a su lado. Al menos en teoría.
Junto a la carretera y próximo al curso del río, canales y acequias lo llenan todo de agua. Imagen de huerta cerca del llano y de verdes terrazas en la montaña.
Durante el trayecto hemos visto motos, coches y camiones mezclados sin orden aparente. También gente a pie y caballerías con o sin carro. Cargas pequeñas de comercio local y productos frescos de los campos próximos. Supongo que es la misma imagen que tendría España hace unos 50 años en zonas de montaña.
El día es magnífico. Aquí en la montaña, hace algo de fresco (unos 15ºC), pero se está confortable. Una ligera brisa acompaña la mañana. Los campos y los prados están verdes, relucientes bajo el sol. La mayoría de los árboles no tienen hojas, aunque se adivinan cerezos, almendros, manzanos, perales, nogales, etc. Las montañas próximas tienen las cumbres nevadas. Suben de forma brusca, con empinadas laderas y apenas tienen bosques en su base. Tan sólo algunos sabinares dispersos. Se nota la presencia de muchas cabras y ovejas por la sierra.

Al bajar del taxi se nos acerca un señor con un polar y un escudo de "guide de montagne" para ofrecernos sus servicios: guías (40 €/día) y mulas (15 €/subida) al Toubkal. Parece que son precios cerrados entre ellos. Decidimos contratar una mula para que nos suba las mochilas hasta donde haya nieve y el animal ya no pueda continuar. Así nos ahorramos un rato de carga, que estamos cansados del viaje.
Nos acompaña Ibrahim, un chico de 15 años. Es un zagal simpático, que habla poco en francés y que se mueve con soltura con la mula, a la que va azuzando y frenando todo el camino.
Iniciamos la marcha a eso de 12:50. Al principio, es un camino de tierra que sube por Acheim hasta Around. A partir de esta aldea, se reduce a un sendero que asciende por la montaña.
Pasa por un enorme canchal de piedra que ocupa el fondo del valle y llegamos a Sidi Chammharouch (2.350 m), pequeña aldea, donde nos salen un montón de niños a saludarnos y a vendernos objetos, fósiles y piedras que recogen en las montañas.
En esta última aldea, la senda coge pendiente, aunque nunca demasiada, que las mulas pueden siempre subir, y serpentea ganando altura por el valle de Assif el Mizaine.
A unos 2.600 m empieza a aparecer nieve cerca de la senda. Coincidimos con una pequeña construcción donde un hombre mayor ofrece bebidas refrescantes y zumo natural de naranja. Todo a 1 € (¡oh! ... y en medio de la montaña). El sistema para mantener fresca la bebida es mediante una tubería que alimenta a una botella agujereada, en forma de aspersor. Muy ingenioso.
Aquí nos despedimos de la mula y de Ibrahim, al que le damos una propia de 5 €, aunque parece disfrutar más de la foto con las chicas que del dinero (jajaja).
El resto del sendero hasta el refugio lo hacemos a pie, cargados con las mochilas y pronto tenemos que ponernos las polainas y los crampones, pues el camino está completamente nevado.
Llegamos al refugio del Toubkal (3.207 m) (antes refugio del Netler), dependiente del Club Alpin Français (CAF) a eso de las 18:00. Hemos subido un poco lentos para mi gusto, pero es lo que tiene ir en grupo (jejeje).
Cenita ligera a las 21:00. La media pensión no es gran cosa y esto no es un refugio del Pirineo. Se nota. En el comedor encuentro dos italianos con quemaduras en la retina por culpa del sol. Muchos extranjeros, sobre todo alemanes e italianos, algunos franceses y unos 6 españoles.
Mañana subiremos al Toubkal.

Refugio del Toubkal.
Me costó mucho encontrar el teléfono del refugio (00 212 661 695 463, Mohamed) y el correo electrónico parecía no funcionar. Finalmente, me pude hacer con él y reservar para 3 noches. Me entendí con ellos entre español y francés y no me pidieron fianza ni nada. Sólo el nombre. Me advirtieron que no encontraría mantas, por lo que nos ha tocado cargar con el saco de dormir. Mi saco nuevo, después de "perder" el anterior en Santa Pola (grrr).
Las condiciones del refugio son regulares-malas. No está precisamente muy limpio y cuenta con una ducha y 4 WC para 89 personas. Agua caliente en cantidad, eso sí. Ducha por 1 €.
La chimenea la encienden por la noche y como leña utilizan ... ¡¡troncos de enebro y sabina!!. Me quedé con cara de tonto cuando ví un trozo entero, de buen calibre, que lo tiraban a la chimenea. No me lo podía creer. ¡¡SACRILEGIOOOO!!.
La media pensión va mejorando según pasan los días, que parece que lo tienen ya estudiado. La comida no es la misma para todos. Según el día, eso comes. Así el primer día toca sopa y pasta, el segundo sopa y tajine, el tercero ensalada y cus-cus ... y siempre en un mismo orden.
El sistema que tienen de control del gasto es curioso. Si les pides cualquier cosa (té, agua, refrescos, pastitas, comida, pan, etc.), te lo traen enseguida, pero no sabes si lo apuntan o no. Realmente intentas hacer la cuenta de cabeza, pero tampoco tienes precios a la vista. Cuando pagas, te hacen la "cuenta de la vieja" y te dejan un precio aseado, salvo que tuvieras un precio pactado previamente y entonces tienes que ir pagando en el momento. La posibilidad de negociar es baja y menos en época estival, que no hay ni plazas para dormir.
Los dos días en media pensión nos costaron 40 €/persona. Barato, dado el sitio. Dijimos que estábamos federados, pero no nos pidieron ni ver el carnet.
El refugio des Mouflons, que está al lado, está mejor acondicionado y la comida es mucho mejor y más abundante por lo que nos informaron, aunque tampoco sé cómo quedará de precio. Tampoco creo que haya demasiada diferencia entre los dos.

Ascensión al Toubkal y Toubkal W.
Nos levantamos el martes, día 16 de marzo, a eso de las 6:30 (hora local). El día será largo y ahora hay hielo en abundancia. Desayunamos y nos preparamos para subir al Toubkal. Nos ponemos material y preparamos las capas de ropa. Mis compañeros quieren asegurar esta cumbre, por si no tienen ganas de más. Pues ... adelante.
Salimos a eso de las 8:00 siguiendo a un grupo de esquiadores que marchan delante nuestro. Hoy parece que subiremos unas 25 personas en total.
Hace fresco (-4 ºC) y algo de viento (unos 20 km/h), lo que da una sensación térmica de algo menos de -10 ºC. El cielo algo cubierto. Es perfecto para subir.
Elegimos la ruta del Ikhibi Sur. La ascensión es corta y con bastante pendiente (30-40º). Se asciende por un amplio valle situado al este del refugio, cubierto completamente por algo más de 50 cm de nieve helada, muy uniforme y sin dificultad. En verano supongo que será una tartera de piedra, pero ahora es cómodo subir por aquí. Crampones, piolet y paciencia.
Cerca del collado o Tizi Toubkal (3.791 m), sale una senda hacia la derecha para subir al Toubkal W (4.030 m). Sugiero acercarnos para hacer cumbre, pero mis compañeros insisten que quieren primero hacer el pico principal.
Seguimos, pues, subiendo hacia la izquierda. Pronto desaparece la nieve en una zona muy expuesta y venteada. Estamos por encima de los 3.800 m, pero la nieve ha desaparecido, salvo entre las piedras y donde hace ventisquero. Así que toca poner y quitar crampones un par de veces, lo que ralentiza la marcha.
Un poco antes de las 13:00 hacemos cumbre en el Toubkal (4.167 m). La subida ha sido lenta, pero constante, y hemos conseguido llegar sin problemas. La cima es amplia y llana. El viento ha parado y luce el sol, por lo que hay mucha gente sentada descansando y almorzando. Nos dedicamos a observar el paisaje, que tiene algo de calina, y a hacer fotos. Me invade una satisfacción plena y se me pone una sonrisilla que no se irá de la cara hasta pasados bastantes días.
Durante el camino hemos coincidido con un grupo de madrileños, que quieren bajar por el Ikhibi Norte, pasando primero por el Inmouzzer (4.010 m). En mis planes estaba previsto hacer esa misma ruta, pero primero teníamos que haber subido el Toubkal Oeste. A mí me apetece acompañarles y Manolo está dudoso, pero he leído que para subir este pico hay que pasar un tramo de escalada nivel II y otro de II+ expuesto. Está nevado y no tenemos material. Así que invito a Manolo para que se vaya con ellos, que yo me volveré al Toubkal Oeste y bajaré con Nuria y Rocío al refugio. Y así lo hacemos.
Mientras las chicas bajan, me adelanto para subir al Toubkal Oeste (4.030 m). Hay una senda que sigue hacia la cresta situada más al este, que, sin perder mucha cota, se aproxima a la cumbre. Es el camino que seguiré. Poco antes de la cima, hay que hacer una pequeña trepada, que no reviste mayor dificultad. Es un pico precioso y el día magnífico: sol y no hace viento. La vista del grupo del Adrar n'Ouanoukrim, con las majestuosas cimas del Ras y el Timesguida, es impresionante. Me entretengo un rato y hago alguna auto-foto. En mi entretenimiento pierdo la gorra que llevaba para protegerme del sol directo. En la cima se quedó.
Ha valido la pena esta subida. Me gusta incluso más que la del Toubkal. Es más alpina y sin riesgo.
Bajamos al refugio, donde llegamos antes de las 16:00, después de hacer un buen rato el tonto en la bajada.
Por la noche, descanso y sana conversación con Tomás y Toni, dos cartageneros a los que les apasiona la montaña. Mañana subirán al Ras.
Ducha, descanso, cena y a dormir.
Aprovecho mi estancia en el refugio para practicar mi francés y hablar con gente de muy diversa procedencia. Me encanta conocer gente interesante. En mi línea, vaya (jejeje).

Ascensión al Ras y al Timesguida.
El miércoles 17 me levanto yo sólo por la mañana a eso de 7:15. Mis compañeros están cansados y no quieren madrugar. Dicen que igual se quedan en el refugio.
Salgo del refugio con la gente de Cartagena, con Tomás y Toni. Hace mejor día que ayer y no hay una nube en el cielo. Estupendo.
El objetivo es el Ras y el Timesguida, a los que se accede por el valle situado al sur del refugio. Es un valle amplio y profundo, con mucha nieve acumulada. Se asciende lentamente y poco antes del collado de Tizi n'Ouagane, tiene una fuerte pala, con unos 60º, por lo que decidimos avanzar por un lateral del valle, para ir ganando altura progresivamente.
Tras pasar el valle que da acceso al Akioud (4.030 m), observamos la canal norte del Ras. Ayer, desde el Toubkal, parecía vertical, pero cerca de la base, aparenta tener más de 60º y no revestir demasiada dificultad. Sólo se observa nieve. Nos acercamos un poco, sin perder demasiada altura, y no conseguimos ver huella. Definitivamente, al contar con sólo un piolet por persona y no disponer de material para asegurarnos, preferimos seguir por la vía normal y dejar la canal. Aunque resulta muy tentadora. Otra vez será.
Llevamos muy buen ritmo. En el camino encontramos un irlandés que marcha solo. Se llama Ian y tendrá unos 68 años. Pronto nos ponemos a hablar con él y le invitamos a que nos siga. No me gusta que la gente vaya sola. El hombre, agradecido, se une a nosotros. Me cuenta que sus compañeros le han dejado solo, que han preferido quedarse a dormir unos y otros bajar a Marrakech a tomar cervezas. Resopla y va algo más lento que nosotros, pero no se para, va siempre al ritmillo.
En poco más de 1 hora y media hemos alcanzado el collado de Tizi n'Ouagane (3.735 m). Aquí nos desviamos a la derecha, hacia el oeste, para buscar la cresta que da acceso al Ras por la vía normal. Se trata de una cresta amplia, con mucha nieve, que cuenta con varios "patios" de mucha altura, con largas palas de nieve helada de varios cientos de metros, pero que no terminan de dar sensación de peligro.
Poco antes de la antecima, hay que superar un paso expuesto, completamente nevado, de unos 40 cm de ancho y 15 metros o más de largo, con caída a ambos lados, que me parece fácil.
Hacemos cumbre en el Ras (4.083 m) a las 11:15. Es la montaña más bonita que he subido nunca. No sólo las vistas son impresionantes, sino que la cresta de acceso es muy divertida. Nos hartamos de sacar fotos. El día es fantástico.
Ian y Toni se bajan, mientras que Tomás y yo nos dirigimos al Timesguida. Aquí no hay ningún problema, ya que la cumbre es una gran meseta, de un par de hectáreas de superficie, prácticamente llana, a la que se accede por una pala de nieve de poca pendiente y muy constante.
En la misma cima del Timesguida (4.089 m), me encuentro un grupo de 6 chavales del Centro Excursionista de Paterna. ¡Qué casualidad!, ¡qué pequeño es el mundo!.
Nos bajamos todos juntos y antes del collado, tenemos que bajar un par de palas de nieve en las que hay que tener cuidado, que la nieve está empezando a reblandecerse. Toca pegarse de cara a la pared y bajar haciendo "escalera" con los crampones. Con mucha calma.
Llego al refugio pletórico de alegría y energía. Allí esperan Nuria, Rocío y Manolo, que han pasado la mañana descansando. Les confirmo que estoy con fuerzas para irnos a Imlil, donde pensamos pasar la noche.

Vuelta a Imlil
A eso de las 15:00 del mismo miércoles 17 salimos hacia Imlil. Ahora sin mulas. Con la subida a los picos de la mañana y la bajadita de ahora, llevaré un total de 2.500 metros de desnivel de bajada acumulado. Quizá demasiado para mis rodillas, aunque no me protestan en todo el camino. ¡Bien!.
Despedida de la gente y buenos deseos.
Llegamos sin incidencias pasadas las 19:00. Es casi de noche y nos acomodamos en un albergue local (gîte d'etape), gestionado por Mohamed, el hermano del chico que subió con nosotros, acompañando la mula y nuestras mochilas. Aquí son todos familia.
La media pensión nos cuesta 12 €/persona y noche. Para dormir, un colchón sobre una alfombra, en una habitación para cuatro personas, que está bastante limpia. Ducha de agua caliente y baño limpio.
En la puerta encontramos a Frédéric, un francés que conocí anoche en el refugio y que ha venido solo para subir al Toubkal. Sólo habla francés, así que sólo puede comunicarse conmigo. Cenaremos todos juntos un tajine de pollo y verduras exquisito y nos iremos a dormir pronto.

Mañana por Imlil y tarde en Marrakech
El jueves 18 nos despertamos en Imlil. Mohamed nos ha preparado un desayuno contundente a base de diversas mermeladas y crêpes bereberes. Muy rico todo.
Nos acompaña a visitar una de las muchas tiendas que hay en el pueblo, propiedad de un primo suyo, por lo que puedo entender en su primitivo francés. Es el primer contacto con el comercio local, salvo la experiencia en el mercado de Asni, y es una oportunidad perfecta para empezar a practicar las dotes del trueque y del regateo.
Tras las correspondientes compras, visitamos una cooperativa de mujeres berebéres, que trabajan con el fruto del Argan y algunos de sus productos (aceites, cosméticos, alimentos, etc.).
Hacia mediodía buscamos un taxi y nos vamos a Marrakech (300 dirham). Es otro primo de la gente del albergue. ¡Cómo no!.
Me he quedado con ganas de más y de buena gana me hubiera quedado una semanita por Imlil y sus alrededores, de descanso total, en contacto con esta gente tan hospitalaria y disfrutando de sus montañas (snif).

Durante el viaje a Marrakech casi nos la pegamos con una furgoneta que no se apartó en una curva y que nos pasó a pocos centímetros del capó del coche. Hasta el conductor se pone blanco. Yo tiro con desesperación del cinturón de seguridad, intentando ponérmelo, pero no funciona. No hay cómo engancharlo al suelo. Puf. ¡Y qué forma de conducir!.

En Marrakech nos alojamos en un founduq (fonda), en un callejón perpendicular a una concurrida calle peatonal (Rue Bab Agnaou), cerca de la famosa plaza de Djemma el-Fná, centro neurálgico de la ciudad, y que destacan todas las guías de viaje por ser un lugar que cambia constantemente a lo largo del día. Merece una visita.
Visitamos también los zocos, para hacer diversas compras.

Estancia en Marrakech y vuelta a Madrid
La tarde del día 18 y todo el día 19 permanecemos en Marrakech. Aprovechamos para ver algunos de sus rincones más destacados: la plaza, los zocos, la mezquita Kutubia y sus jardines, etc.
Es una ciudad que vale la pena para pasar un par de días, dejándose llevar entre el tumulto, el exotismo marroquí y el colorido.
El viernes 19 por la tarde me voy (yo solo) de paseo a ver el Palacio Real y las tumbas Saadíes. Creo que echarse la siesta en una ciudad como esta es casi un crimen, sobre todo hoy, que no hace demasiado calor. Pero cada cual elige qué hacer ... (jejeje).
Más tarde volvemos a quedar con los cartageneros del Toubkal para tomar unas cervezas y nos vamos pronto a dormir, que mañana tendremos que madrugar.

Llegamos a Barajas (Madrid) el sábado 20 de marzo a las 11:15, con unos minutos de retraso. Llego tarde para la prueba de orientación que tenía este fin de semana, del Trofeo Sierra Norte de Madrid, pero son dos días de carreras, así que mañana podré correr.
Mi hermano viene a recogerme y pasamos el día por Madrid. Aprovecho para probar la moto que tiene, una Suzuki GS 500 naked. Menuda diferencia de conducción, en comparación con mi mulilla (jejeje).
Por la noche duermo en el suelo duro de San Agustín de Guadalix, junto con mis compañeros de la UPV-O.
Ha sido un viaje muy bonito y me encantaría repetirlo otro año, pero con más tiempo, que hay mucho que disfrutar.

Comentarios diversos
El Atlas se parece bastante a Sierra Nevada. No es como Pirineos. Son cumbres muy altas, pero sin grandes dificultades técnicas, aunque requieren una cierta preparación física y técnica.
Es preferible ir en invierno, ya que en verano son todo pedreras y hace mucho calor.
Las dos rutas señaladas se pueden hacer con esquí de travesía y, de hecho, más de la mitad de la gente que estaba en el refugio habían elegido esta opción, aunque la nieve estaba demasiado helada en superficie y no es fácil alcanzar las cumbres por este medio.
Aunque me preparé con diuréticos para prevenir el mal de altura, al que le tenía auténtico pánico por algunos antecedentes, no he tenido ningún problema. No he sufrido mareos, ni dolor de cabeza, ni nada. A partir de los 3.500 m empezaba a notar un poco la altura al respirar, pero nada más. De hecho, me estoy pensando si las veces anteriores realmente fueron sólo mareos por cambio brusco de presión, como en el teleférico de Mont Blanc, o simplemente una hipoglucemia, como en la subida al Aneto.

El regateo
Aquí el lema para todas las cosas es, en general, "la prisa, mata", así que todo lo hacen con mucha calma.
Regatear es un arte para el que hay que tener maña, tiempo y unas ciertas habilidades sociales, que no todo el mundo posee.
Lo primero que intentan los lugareños es llamar nuestra atención con un "eh, ¡amigo!", o bien "¡el de rojo!", o un "mejor precio que en El Corte Inglés". Y os aseguro que a veces consiguen hacer que esbocéis una sonrisa. Son muy ingeniosos.
Como la frase que nos dirijarán probablemente nos chocará o nos hará reir, ya han conseguido que te fijes en ellos. El siguiente paso es que te acerques para poder enseñarte lo que tienen y, finalmente, meterte dentro de la tienda. Todo un arte estudiado.

Entonces entra la fase del regateo. Un juego de intenciones, de seducción, de muecas, de gestos, de sutilidades, que sólo los muy avezados en este arte saben apreciar. Una auténtica representación teatral.
Hay que mantener en todo momento las facciones frías y mostrar cierto desdén, aunque nos parezca una preciosidad lo que nos están enseñando.
Si mostramos interés por algo, nos lo ofrecerán por un precio varias veces superior a su valor real. Entonces hay que mostrar indiferencia o poner cara de indignación. Ya hemos empezado a "jugar". Un gesto de desprecio hecho con respeto o un "c'est trop (es demasiado)" es suficiente para dar a entender que nos parece un exceso, pero que seguimos interesados.
Entonces nos pueden empezar a bajar o directamente nos preguntarán cuánto estamos dispuestos a dar "combien d'argent? (Qué precio?)".
En ese caso hay que poner un precio de base, muy bajo, porque luego no podremos volver atrás.
Si el precio ofrecido es demasiado bajo o pierde dinero el vendedor, nos lo dirá directamente, exagerando sus gestos.
Pero si el precio es bajo, pero no pierde demasiado dinero, puede reaccionar con un "eso es poco" o bien "sube", mientras bajan su oferta. Otros reaccionan echándose las manos a la cabeza, sobreactuando, y acompañando con un "tú debes ser bereber", "quieres matar de hambre a mis hijos" o "catalán, ¿no?". Siempre frases ingeniosas acompañadas de un sano humor que nos invitan a quedarnos para seguir negociando.
Es conveniente negociar varios artículos a la vez para sacar un buen precio por todo.
Si han bajado mucho y no hemos subido demasiado, entonces se plantarán y te dirán que tienes que ceder. Es el momento de incluir algún artículo más o bien ofrecer más dinero.
A veces la diferencia es de 5 dirham (0,45 €) , pero no la bajarán, porque lo consideran una cuestión de orgullo. Ceder cantidades así es razonable para cerrar un trato.
Si aún así nos vamos de la tienda con un "c'est trop cher, il coûte cher (demasiado caro, es caro)", es posible que salga de la tienda persiguiéndonos y ofreciendo otro precio nuevo.
Hay que tener claro que si cierran un regateo contigo, NUNCA han perdido.

Hablando con algún comerciante, me confesó que les gustaban los españoles, porque discutíamos el precio con maña, mientras que el resto de extranjeros eran muy aburridos y aceptaban cualquier precio que les pidieran, sin regatear y que eso "les molestaba".
¡Ah! ... si en el grupo hay mujeres, es mejor que negocien los hombres los artículos que deseen. Todavía son muy machistas para aceptar un precio negociado con una mujer. Afortunadamente, no todo el mundo es igual, pero es lo generalizado, sobre todo en zonas rurales. En la ciudad no tanto, aunque también.

Coste definitivo del viaje
Como he intentado hacer una crónica que pueda resultar útil para aquellas personas que tengan inquietud por visitar el Atlas, voy a pasaros un resumen de los gastos que hemos tenido por persona.
Debo recordar que fuimos en plan "baratón o mochilero", por lo que es un precio orientativo para el tipo de viaje que hemos hecho.

Billete de avión con Ryanair (low cost - 2 meses antelación) ... 81,63 €
Suplemento por maleta (para material duro - 30 € entre dos) ... 15,00 €
Coche Valencia - Madrid (ida y vuelta - entre 4 personas) ... 13,00 €
Taxi aeropuerto Marrakech a Imlil (50 € entre 4 personas) ... 12,50 €
Mula para transportar mochilas al refugio (15+5 € entre 4) ... 5,00 €
Estancia en refugio del Toubkal (2 noches a media pensión) ... 40,00 €
Estancia en albergue local en Imlil (1 noches a media pensión) ... 12,00 €
Taxi Imlil a Marrakech (30 € entre 4 personas) ... 7,50 €
Estancia en fonda en Marrakech (2 noches, sólo alojamiento) ... 12,00 €
Taxi de Marrakech al aeropuerto (15 € entre 4 personas) ... 3,75 €

TOTAL ... 202,38 €

A esto también habría que añadir alguna comida suelta (menú de lujo unos 8-10 €, normalito unos 5 €) y las bebidas, a 0,50 € la botella de agua 1,5 litros, así como refrescos, tés y otros vicios). No cuento los regalos que guste comprar cada uno, claro.
Vale la pena, ¿eh?. ¡Y a apenas a 2 horas de Madrid!.

Coincidencias y casualidades
Curiosamente, el mundo es muy pequeño. Aunque con esta afirmación creo que no descubro nada que no sepamos, ¿verdad?.
Y lo digo porque tanto Manolo como Toni, con los que he compartido el viaje, participaron en 2009 en la Carrera por Montaña "2ª Subida al Pico de Chelva", que organizaba el Centro Excursionista de Chelva. Y ambos presumían de camiseta ... sí ... aquellas que nos costaron un ojo de la cara (jajaja).
Efectivamente, el mundo es un pañuelo. Qué casualidad, ¿eh?.


4 comentarios:

  1. Enhorabuena por las cimas! La canal del Ras no pasa de 35º, se puede hacer bien sin material y con un piolet. Apúntatela para la próxima vez.
    Un saludo!

    Circomarco

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  2. ande estan los 40º de la normal del Toubkal???

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  3. La canal del Ras era una tentación y está muy chula, pero nos dió algo de respeto al no ver huella. Cuando llegamos a la cima del Ras comprobamos que sí que había, pero la nieve estaba muy helada.
    Una posible opción para la próxima vez que vaya (jejeje).

    En cuanto a los 40º de la normal del Toubkal ... quizá en alguna cuesta se llegue a esa pendiente, aunque sería la máxima. Realmente, es muy asequible (jajaja).

    Gracias por los comentarios.

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  4. hola mario nada que muy bien y mas la determinacion de hacer este viaje y subir estos picos de mas de 4000 por la normal o por la ruta que sea un abrazo y sigue asi salud y montaña

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